Aunque la mayoría de los casos de infección por cándida son tratados con algún tipo de agente anti fúngico, la formulación del medicamento (por ejemplo, píldoras, ungüentos, supositorios, o polvo) dependerá en gran medida de la localización y presentación clínica de la infección.
La candidiasis oral leve se puede tratar ya sea con pastillas de clotrimazol o nistatina, pero puede requerir fluconazol oral para casos moderados a severos y recurrentes. Un tratamiento emergente para la candidiasis oral implica el uso de enjuague bucal que contiene nanopartículas de plata (SN). Aunque este enfoque requiere más investigación para incluir su seguridad y eficacia, puede tener un potencial terapéutico en el futuro próximo.
La candidiasis de la piel se controla generalmente con agentes tópicos antimicóticos de la clase azoles (por ejemplo, ketoconazol) o bifonazol. Las personas con candidiasis de la piel también deben mantener la piel tan seca como sea posible y, en su caso, utilizar enjuagues o champús antifúngicos.
Las infecciones por hongos de las uñas (por ejemplo, la onicomicosis) se tratan generalmente con ambos, antifúngicos tópicos y sistémicos. Sin embargo, la curación y recurrencia de estos tipos a largo plazo, así como los costes asociados a estos tratamientos, son a menudo insatisfactorios. Por esta razón, los investigadores han estudiado los efectos de la terapia con láser para el tratamiento de la onicomicosis, encontrando que esta tecnología es capaz de inhibir el crecimiento del hongo en muestras de uñas. En los casos graves que no responden al tratamiento farmacológico, la extirpación quirúrgica de la totalidad o parte de la superficie de la uña puede ser considerada.
Las infecciones vaginales por cándida pueden tratarse con medicamentos antimicóticos tópicos u orales, tales como fluconazol o nistatina. Las especies de cándida con las que una mujer está infectada pueden influir en la respuesta al tratamiento. Por ejemplo, el fluconazol y nistatina son eficaces para el tratamiento de la Candida albicans, pero en las mujeres con especies no albicans, sólo el fluconazol es altamente eficaz.
El tratamiento para la candidiasis invasiva/sistémica depende de una variedad de factores, pero lo más probable es incluir la terapia intravenosa u oral con cualquiera de las siguientes clases de fármacos: polienos, azoles, y equinocandinas. La anfotericina B es un tratamiento muy común, pero se ve obstaculizado por una considerable toxicidad renal. Por lo tanto, los nuevos derivados, menos tóxicos de la droga (por ejemplo, anfotericina B liposomal) son una mejor opción. El alto costo de estas formulaciones puede ser una carga en algunas circunstancias.
Los efectos secundarios de la mayoría de los medicamentos antifúngicos sistémicos son comparables e incluyen dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales (por ejemplo, náuseas y vómitos), hepatitis, toxicidad renal y síndromes similares al lupus, entre otros.