Los síntomas de la atrofia vaginal, al igual que otros síntomas menopáusicos, se precipitan cuando el cuerpo de la mujer deja de producir estrógeno. Una parte importante en la búsqueda de alivio es entender el problema y abordar tratamientos realmente eficaces.
Por definición la atrofia vaginal es el adelgazamiento, sequedad e inflamación de las paredes vaginales. Se estima que aproximadamente la mitad de las mujeres menopáusicas sufren de atrofia vaginal, con varios de sus inconvenientes asociados, como picor, ardor vaginal y dolor durante las relaciones sexuales.
Evaluación de los síntomas: ¿tengo atrofia vaginal?
Cuando el cuerpo deja de producir estrógeno, la lubricación natural de la vagina disminuye o desaparece por completo, dando lugar a múltiples molestias.
La atrofia vaginal puede presentarse mediante diferentes síntomas, los más obvios son la sequedad vaginal y el ardor durante la micción. También se puede experimentar picazón, irritación, secreción anormal, urgencia en la micción, incontinencia y un aumento en las infecciones del tracto urinario.
Otros síntomas de la atrofia vaginal están relacionados con las relaciones sexuales, como el dolor durante el coito y el sangrado después de este.
Terapia médica recomendada
Los médicos creen que muchas de las mujeres que sufren de atrofia vaginal dudan en buscar ayuda, ya sea por vergüenza o porque no creen que exista algún tratamiento. Ante la presencia de tales síntomas, es muy recomendable acudir al médico porque no solo se podrá confirmar el diagnóstico mediante un chequeo/examen pélvico, también se presentarán opciones de tratamiento como la terapia de reemplazo hormonal, las cremas hidratantes vaginales y los lubricantes. Muchas mujeres comienzan a notar alivio una vez que ponen en práctica estas alternativas.
Una mujer afectada por la atrofia vaginal no tiene que resignarse, lo mejor es ocuparse y hacer todo lo que esté a su alcance para seguir disfrutando de una vida plena, sana y emocionante.