Las dos glándulas de Bartolino (Bartholin en inglés), se encuentran ubicadas en los laterales de la entrada vaginal y son responsables de producir una sustancia similar al moco, que ayuda a mantener la vagina húmeda. Cuando el conducto por donde se libera dicha secreción resulta bloqueado, se produce una acumulación e inflamación en la zona. Esto da origen a la formación de un quiste, conocido como quiste de Bartolino.
Las glándulas de Bartolino: ¿Cuál es su función?
Las glándulas de Bartolino reciben el nombre de Casper Bartholin, el médico danés que las describió por primera vez en el siglo XVII. También se conocen con el nombre de glándulas vestibulares.
Estas son dos glándulas pequeñas que están a cada lado de la parte inferior de la entrada vaginal. Suelen tener el tamaño de un guisante y a menos que estén hinchadas o infectadas, normalmente no se pueden ver o sentir.
Ambas producen una pequeña cantidad de moco, que drena a través de un conducto corto llamado conducto de la glándula de Bartolino. Cada conducto mide aproximadamente 2 cm de largo y sale hacia la parte inferior de la entrada vaginal. Este líquido o moco ayuda a mantener la humedad en la vagina.
¿Qué problemas pueden surgir con las glándulas de Bartolino?
Quiste de Bartolino. Si el conducto que drena el líquido producido por la glándula resulta bloqueado, entonces se desarrolla una hinchazón llena de dicho líquido (quiste). El tamaño de un quiste puede variar desde muy pequeño hasta el tamaño de una pelota de golf, o incluso más grande en algunos casos. Estos quistes pueden permanecer del mismo tamaño o crecer poco a poco.
Absceso de Bartolino. El absceso es una acumulación que se forma durante una infección. En este caso el absceso puede desarrollarse a partir de un quiste de Bartolino infectado. A veces la glándula misma puede infectarse y formar un absceso. En pocos días, el absceso puede alcanzar el tamaño de un huevo de gallina, o más grande. Generalmente es muy doloroso.
Muchos tipos de gérmenes (bacterias) pueden infectar un quiste o la glándula de Bartolino para causar un absceso. La mayoría son gérmenes comunes que causan infecciones en la piel o en la orina, como el Staphylococcus spp y el Escherichia coli. Cualquier mujer puede desarrollar un absceso de Bartolino. Algunos casos se deben a gérmenes de transmisión sexual como la gonorrea o la clamidia.
Cáncer de glándula de Bartolino. Este es un cáncer muy poco frecuente, es muy improbable en mujeres menores de 40 años. Sin embargo, en casos donde no está clara la causa de la hinchazón, se puede comprobar una pequeña muestra de tejido (biopsia).
¿Quién padece los quistes y abscesos de Bartolino?
Aproximadamente 3 de cada 100 mujeres desarrolla ambas condiciones, el quiste o el absceso de Bartolino, en algún momento de su vida. La mayoría de los casos ocurren de forma «inesperada» en mujeres de 20 a 30 años, pero también pueden ocurrir en mujeres mayores o más jóvenes que ese rango de edad.
¿Cuáles son los síntomas de los quistes y abscesos de Bartolino?
Un quiste o absceso de Bartolino típicamente sólo se desarrolla en una de las dos glándulas. Si un quiste sigue siendo pequeño y no se infecta, puede que no se presente ningún síntoma, solo un pequeño bulto en el extremo inferior de la entrada vaginal. Por el contrario, un quiste mayor puede causar cierta molestia, en particular al caminar, sentarse o tener relaciones sexuales. Los quistes muy grandes pueden llegar a ser muy dolorosos.
Con el absceso suele desarrollarse un bulto rápidamente, que se vuelve cada vez más grande en unas pocas horas o días. Generalmente se torna muy doloroso, puede causar malestar general, fiebre, enrojecimiento y sensibilidad en la zona afectada. La inflamación provoca dolor al sentarse, caminar o tener relaciones sexuales. Algunas mujeres también pueden presentar flujo vaginal anormal, de color amarillento y olor desagradable.
¿Cómo se diagnostica un quiste/absceso de Bartolino?
El problema se puede diagnosticar mediante un examen médico simple. La inflamación de un quiste de Bartolino y la acumulación de pus (absceso) tienen una apariencia típica. Por lo general no es necesario realizar pruebas muy específicas para obtener el diagnóstico.
En ocasiones se puede tomar una muestra del pus dentro del absceso con un hisopo. A continuación esta muestra es enviada al laboratorio para determinar qué gérmenes están causando la infección. De esa forma el médico puede elegir los antibióticos adecuados para el tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento para los quistes y abscesos de Bartolino?
El tratamiento no siempre es necesario. Si se tiene un quiste pequeño que no causa síntomas ni se infecta, lo mejor es ignorarlo. Sin embargo, esta decisión debe ser tomada en conjunto con el médico. Siempre que exista un abultamiento notable alrededor de la vagina/vulva, se debe consultar a un médico. No asuma que un bulto pequeño es un quiste de Bartolino, siempre es necesario confirmar el diagnóstico y descartar otras causas. Cuando el quiste causa síntomas entonces sí requiere tratamiento.
Por su parte, el absceso de Bartolino casi siempre necesitará tratamiento, ya que puede ser muy doloroso. Hay casos en los que el absceso estalla por sí solo y desaparece sin tratarse. De cualquier forma no se recomienda esperar a que esto suceda, el absceso puede llegar a causar un dolor intenso y el estado general de salud puede deteriorarse.
Una glándula infectada o un quiste/absceso pueden curarse con un curso de antibióticos. Sin embargo, hay casos en los que mientras más pus se forma, mayor es el absceso y menor es la probabilidad de que los antibióticos resuelvan el problema por sí solos. En abscesos grandes, suele ser necesario drenar el pus, además de usar antibióticos. Más; Todo sobre el drenaje de un absceso de Bartolino.
Existen casos en los que se requiere una pequeña operación para drenar cualquier líquido o pus, y minimizar el riesgo de recurrencia.
La marsupialización es el tipo de operación que se usa tradicionalmente para tratar quistes/abscesos de Bartolino. Puede hacerse bajo anestesia general o local. Básicamente se realiza un pequeño corte (incisión) en el quiste o absceso, justo dentro de la entrada vaginal. Una vez que se ha drenado la acumulación de líquido o pus, se usan unos puntos de sutura para coser el revestimiento interior del quiste a la piel que lo recubre. Esto crea una pequeña apertura permanente para que el fluido drene fuera de la glándula.
Inicialmente la abertura que queda es como una bolsa, de ahí el nombre de la operación. Sin embargo con el paso del tiempo se va tornando más pequeña, hasta que es muy diminuta. Esta nueva abertura se convierte en un nuevo conducto para liberar los fluidos producidos por la glándula de Bartolino.
La marsupialización suele tener éxito. En sólo unos pocos casos, el problema se repite si se realiza este procedimiento. Si se hace un simple corte para drenar el fluido o pus sin hacer la marsupialización, hay una alta probabilidad de que el problema se repita más adelante. El riesgo de infección después de esta operación es muy bajo.
En los últimos años se han introducido otros procedimientos como alternativa a la marsupialización. Por ejemplo:
- Inserción de un catéter de Word. Se trata de un tubo de goma pequeño y delgado. La cabeza del catéter se inserta a través de un pequeño corte realizado en el quiste o absceso. La punta del catéter tiene un pequeño globo que se sopla para mantenerlo catéter en su lugar durante 2-6 semanas. El objetivo es evitar que la abertura de cierre. A medida que los tejidos cicatrizan, las células forman un nuevo tubo (conducto) sobre el catéter. Mientras tanto la persona puede realizar sus actividades normales.
- Inserción de un anillo de Jacobi. Este también es un catéter delgado que se introduce en el quiste o absceso a través de un pequeño corte. Los dos extremos del catéter están atados con un hilo de seda que pasa por el centro del catéter. Al igual que con un catéter de Word, este se deja durante unas semanas para permitir que se forme un nuevo conducto.
La operación elegida depende de factores tales como el tamaño del quiste o absceso, así como la preferencia y experiencia del cirujano. Todos estos procedimientos suelen funcionar bien con una baja tasa de recurrencia.
Otras técnicas
Algunas personas recomiendan que sentarse en un baño caliente durante 10-20 minutos, tres o cuatro veces al día, puede provocar la ruptura de un quiste de Bartolino naturalmente. No está claro qué tan bien puede funcionar dicha técnica, siempre es mejor consultar a un médico ante cualquier sospecha.
Otros procedimientos menos utilizados incluyen la aplicación de nitrato de plata y el uso de un láser de dióxido de carbono.
En ocasiones la glándula es eliminada completamente mediante una operación quirúrgica. Esto se considera como «último recurso» para solucionar casos donde las recurrencias son comunes.
¿Pasará de nuevo?
En la mayoría de los casos, los quistes/abscesos de Bartolino no reaparecen después del tratamiento con una de las operaciones descritas anteriormente. La probabilidad de recurrencia es mayor cuando el tratamiento se basa en un ciclo de antibióticos o en el drenado.
Casos de quiste/absceso de Bartolino por infecciones de transmisión sexual
Algunas mujeres desarrollan esta condición debido al contagio con una ETS. Entre las enfermedades que son más propensas a provocar quistes/abscesos de Bartolino están la clamidia y la gonorrea. La forma de diagnosticarlo es someterse a una prueba de laboratorio, donde se analice una muestra del fluido presente en el quiste. De esa forma se puede determinar qué germen está causando la infección.
Cuando se establece que el germen se ha transmitido sexualmente, entonces se indican más pruebas de diagnóstico en la mujer y su pareja.
¿Se pueden prevenir los quistes o abscesos de Bartolino?
Usualmente no. La mayoría de los casos se producen sin razón aparente. Los quistes o abscesos que son provocados por un germen de transmisión sexual sí se pueden prevenir mediante la prevención de las ETS. Se recomienda evitar las relaciones sexuales desprotegidas y riesgosas.