El cáncer de mama metastásico, también denominado cáncer de mama avanzado o en estadio IV, es el cáncer que ya se ha propagado a otras partes del cuerpo. Esto puede ocurrir incluso después de varios meses o años de haber sido tratado exitosamente para el cáncer de mama temprano o localmente avanzado. Dicha posibilidad hace que muchos pacientes con cáncer de mama sientan dudas y se pregunten hacia dónde se puede diseminar la enfermedad y cómo ocurre dicho proceso.
Recibir un diagnóstico de cáncer de mama en etapa 4 puede significar que el cáncer ha alcanzado órganos fuera de los senos, como los huesos, los pulmones, el hígado o incluso el cerebro.
Origen del cáncer de mama diseminado
El cáncer de mama, como cualquier tipo de cáncer, puede diseminarse y afectar a otros tejidos u órganos en el organismo. Esto puede ocurrir incluso en pacientes que han recibido tratamiento y ya se han recuperado. Aunque la enfermedad se haya extendido a otros órganos, se seguirá llamando y tratando como cáncer de mama; por ejemplo si el cáncer de mama se ha diseminado hacia los pulmones, no se denominará cáncer de pulmón, sino cáncer metastásico de mama.
Según las estadísticas, la propagación del cáncer hacia los siguientes órganos y estructuras da origen al cáncer de mama diseminado en la mayoría de los pacientes:
Los huesos
Alrededor del 25% de los pacientes con cáncer de mama terminan recibiendo tratamiento para el cáncer en los huesos, siendo los más afectados los huesos de la columna vertebral, la pelvis, las costillas, el cráneo y los huesos largos de las piernas y los brazos. Existen dos tipos de metástasis, la osteolítica y la osteoblástica. En el caso de la metástasis osteolítica, el cáncer daña los huesos provocando su disolución y la formación de agujeros; frecuentemente se ven afectados los huesos de la cadera, las piernas y la pelvis. Por otro lado, la metástasis osteoblástica aumenta la densidad mineral ósea, provocando rigidez, inflexibilidad y mayor riesgo de fractura en los huesos. Ambos tipos de metástasis causan dolor intenso, así como debilidad y hormigueo en las extremidades, fracturas, dificultad para moverse, compresión de la médula espinal e hipercalcemia.
Los pulmones
Alrededor del 70% de las mujeres que mueren de cáncer de mama también lo han tenido diseminado hacia sus pulmones. En aproximadamente el 21% de los casos el pulmón es el único sitio de diseminación. El principal problema que supone el cáncer de seno diseminado al pulmón es que la persona no suele experimentar síntomas nuevos; sólo una tomografía computarizada y los rayos X son capaces de detectar el problema. Ante esta situación es importante eliminar la parte del pulmón afectado para limitar la enfermedad a una sola zona. Por lo general, se requiere de la quimioterapia y otros medicamentos anti-cancerígenos para tratar el cáncer de mama que se ha extendido a los pulmones.
El hígado
Después de los pulmones y los huesos, el hígado es el órgano más común donde se puede originar el cáncer de mama diseminado. Se dice que esto afecta aproximadamente a 2/3 de todas las mujeres que tienen la enfermedad. Algunos pacientes experimentan síntomas de metástasis hepática, pero pueden ser tan sutiles que al principio pasan desapercibidos. Los síntomas más comunes del cáncer de mama diseminado al hígado incluyen falta de apetito, pérdida de peso, trastornos gastrointestinales y fiebre. El diagnóstico requiere que se hagan pruebas de sangre del hígado y en algunos casos, una biopsia de hígado.
Los ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos juegan un papel significativo en el origen del cáncer de mama diseminado, ya que las células cancerosas pueden propagarse desde el seno afectado hacia otras partes del cuerpo mediante los ganglios linfáticos que están bajo el brazo (ganglios axilares), cerca de la clavícula y a lo largo de la caja torácica. La linfa que circula por los ganglios cercanos a las mamas puede contener células malignas, las cuales serán filtradas y atrapadas en dichos nodos, donde más tarde pueden comenzar a desarrollarse y formar un nuevo tumor.
Los músculos, el tejido graso y la piel
Una persona puede desarrollar cáncer en un músculo, tejido o piel cercana a la zona donde se originó el tumor inicial. Esto significa que el cáncer de mama se puede desarrollar en la cicatriz que se ha formado después del tratamiento quirúrgico. El cáncer que se propaga a estas áreas específicas resulta un poco más fácil de detectar y tratar, pero generalmente indica el inicio de una enfermedad metastásica generalizada.
La médula ósea
Cuando se tiene cáncer de mama metastásico, es casi seguro que las células cancerosas se han diseminado hacia la médula ósea, sobre todo en casos de metástasis ósea. El cáncer en la médula ósea por lo general no se detecta hasta que se convierte en una condición avanzada. La disminución considerable en el número de glóbulos rojos o glóbulos blancos, hace que los médicos ordenen una biopsia de médula ósea para confirmar el diagnóstico.
El cerebro
Cualquier tipo de cáncer metastásico es capaz de diseminarse y llegar hasta el cerebro, pero algunos tipos son más propensos a causar daño cerebral grave, por ejemplo el HER2 positivo y triple negativo. La presencia y la intensidad de los síntomas causados por el cáncer de seno con metastásis cerebral normalmente dependen de la presión ejercida por el tumor, siendo muy comunes las convulsiones, los dolores de cabeza, los mareos y los trastornos visuales.
¿Cómo se disemina el cáncer de mama?
Saber hacia dónde se puede diseminar el cáncer de mama es importante, pero también lo es entender cómo se propaga la enfermedad. Las células cancerosas no pueden mantenerse unidas a las células normales, por eso suelen separarse del lugar original y viajar a otras áreas del cuerpo para generar nuevos tumores; pueden viajar de un órgano a otro mediante el sistema de circulación sanguíneo o el sistema linfático.
Una vez que entran en los vasos sanguíneos pequeños, las células cancerígenas pueden propagarse a través del torrente sanguíneo; en este punto son denominadas células tumorales circulantes. Seguirán viajando por todo el cuerpo hasta que se quedan atascadas en alguna parte.
También pueden propagarse a través del sistema linfático, esa red de glándulas y vasos destinados a filtrar toda clase de agentes infecciosos y tóxicos en el organismo. Las células cancerígenas pueden entrar en los pequeños vasos linfáticos cercanos al tumor en la mama y luego viajar hacia los ganglios, donde algunas son destruidas, pero otras logran sobrevivir y comenzar a multiplicarse.
Cáncer de mama diseminado: tiempo de vida
Aunque el cáncer de mama metastásico no tiene cura, sí puede tratarse. Recibir el tratamiento adecuado y oportuno puede aumentar el tiempo y la calidad de vida del paciente. La Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society, ACS) afirma que el 22% de las personas con cáncer de mama diseminado tienen una tasa de supervivencia de 5 años. Obviamente esta tasa es considerablemente más baja que en las etapas anteriores. En estadio 3, la tasa de supervivencia de 5 años es del 72% y en estadio 2, es más del 90%. Por eso es tan importante lograr el diagnóstico y tratamiento temprano del cáncer de mama.
Es necesario señalar que el tiempo de vida de una persona que ha sido diagnosticada con cáncer de mama metastásico puede verse afectado por factores como la edad, el estado de salud general, los receptores hormonales en las células cancerígenas, el tipo de tejido afectado, la actitud y las espectativas del paciente. (Esperanza de vida cuando se tiene cáncer de mama en etapa 4)