El endometrio es el revestimiento interior del útero, cuyo espesor varía de acuerdo a la edad, la etapa reproductiva y el momento específico dentro del ciclo menstrual. Tener el endometrio grueso puede ser normal, o no, dependiendo de ciertos factores. Si te interesa este tema sigue leyendo…
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Espesor endometrial normal durante el ciclo menstrual
Normalmente el endometrio cambia de grosor y apariencia a lo largo del ciclo menstrual. Estos cambios están asociados a las variaciones hormonales que van ocurriendo semana tras semana. Al principio del ciclo menstrual, el estrógeno, que es producido por los ovarios, hace que el endometrio crezca como preparación para un posible embarazo.
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A mediados del ciclo menstrual, el ovario libera un óvulo durante la ovulación. Después de la ovulación, se activa la producción de la hormona progesterona; esta tiene la función de seguir engrosando el endometrio para una posible implantación del óvulo fertilizado. Es normal que en este momento la mujer tenga un endometrio grueso. Sin embargo, cuando la fertilización no ocurre, los niveles de esta hormona disminuyen y provocan la menstruación (derramamiento del revestimiento uterino o endometrio). En este punto comienza un nuevo ciclo menstrual.
Otras causas del endometrio grueso
Además de los cambios normales que ocurren durante un ciclo menstrual, los cambios hormonales durante la etapa perimenopáusica también pueden causar engrosamiento endometrial, al igual que ciertos trastornos crónicos (obesidad, diabetes o el síndrome de ovario poliquístico). El endometrio grueso o hiperplasia endometrial también puede estar asociada con el cáncer uterino, pero en la mayoría de los casos no es canceroso.
Los factores de riesgo asociados con el endometrio grueso incluyen tener más de 35 años, no haber tenido ningún embarazo, comenzar la menopausia a una edad avanzada, comenzar la menstruación a una edad temprana, tener obesidad, padecer enfermedades como la diabetes, enfermedad de la vesícula biliar, de la tiroides o síndrome de ovario poliquístico, fumar cigarrillos y tener antecedentes familiares de cáncer uterino, cáncer de ovario o cáncer de colon.
Endometrio grueso: ¿Puede ser cáncer?
Si eres una mujer postmenopáusica y tienes el endometrio anormalmente grueso, necesitarás una evaluación adicional para averiguar si estás en riesgo de cáncer de endometrio. Este tipo de engrosamiento endometrial a menudo refleja la sobre-estimulación del estrógeno, lo que puede deberse a la terapia de reemplazo hormonal, al uso de fármacos contra el cáncer de mama o la producción continua de estrógenos como resultado de la obesidad. Una causa rara podría ser la presencia de un tumor de ovario que produzca demasiado estrógeno.
El endometrio grueso puede causar sangrado después de la menopausia, pero incluso sin tener sangrado, no puede descartarse la posibilidad de cáncer de endometrio. La confirmación se puede obtener mediante una biopsia endometrial para evaluar el grosor endometrial, la morfología endometrial, y otros factores de riesgo de malignidad.
El endometrio grueso se puede diagnosticar mediante ultrasonido, una biopsia de endometrio y la histeroscopia.
Cómo tratar y prevenir el endometrio grueso
En la mayoría de los casos, el tratamiento de la hiperplasia endometrial implica la extirpación del tejido uterino mediante dilatación y curetaje.
Las mujeres postmenopáusicas que estén siguiendo alguna forma de terapia de reemplazo hormonal deberán evaluar posibles ajustes con su médico para evitar aquellos fármacos que causan engrosamiento endometrial.
Las mujeres premenopáusicas que tienen el endometrio grueso pueden tomar anticonceptivos orales o progesterona, según la orientación de su médico, para adelgazar su revestimiento endometrial.
En algunas mujeres se puede aconsejar la extirpación quirúrgica del útero (histerectomía) y de otros órganos reproductivos, en particular mujeres que son postmenopáusicas o que no quieren tener hijos en el futuro.
De manera general, se recomienda tomar alguna variante de progestina/progesterona si se está tomando estrógeno después de la menopausia, así como tomar píldoras anticonceptivas que contengan estrógeno y progestina si los períodos menstruales son irregulares. En caso de tener obesidad o sobrepeso, perder peso puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer de endometrio.
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