Estamos todos de acuerdo en que el orgasmo es una sensación única, especial y muy anhelada durante las relaciones sexuales. De acuerdo con varios estudios importantes, se estima que sólo el 25 por ciento de las mujeres llega siempre al clímax durante el coito con su pareja. El resto de las mujeres puede llegar, o no, dependiendo del momento, las circunstancias, el nivel de excitación. También hay mujeres que nunca llegan a experimentar el orgasmo.
En comparación con la versión masculina, podemos notar que el orgasmo femenino aun es un fenómeno sobre el cual permanecen algunas dudas y preguntas sin responder.
Existen puntos ciegos en prácticamente todas las teorías que alguna vez han tratado de localizar un propósito evolutivo al clímax femenino. El clítoris tiene la función indispensable de promover la excitación sexual, lo que induce la mujer a tener relaciones sexuales y quedar embarazada, sin embargo la incidencia real del reflejo del orgasmo nunca ha estado ligada a la reproducción exitosa. Dicho en otras palabras: debido a que las mujeres pueden quedar embarazadas sin llegar al orgasmo, los científicos no pueden entender por qué lo experimentamos.
Lo que ocurre mientras llegas al orgasmo…
Cuando se está alcanzando el clímax sexual es normal que no podamos percatarnos de cosas que suceden a nuestro alrededor; entonces es lógico que tampoco seamos conscientes de los cambios que están ocurriendo en nuestro cuerpo. Hablemos un poco sobre este tema.
El pico caliente que sentimos durante el juego previo a la actividad sexual es el resultado de la acumulación de sangre en el clítoris y la vagina. En este momento las paredes de la vagina comienzan a segregar la lubricación vaginal, que se va tornando cada vez más abundante.
A medida que aumenta la excitación, la sangre continúa inundando la zona de la pelvis, la respiración se acelera, la frecuencia cardíaca aumenta, los pezones se ponen erectos y la parte inferior de la vagina se estrecha con el fin de sujetar al pene, mientras que la parte superior se expande para proporcionarle espacio. A continuación se produce una increíble tensión muscular en los órganos genitales, la pelvis, las nalgas y los muslos, hasta que tu cuerpo involuntariamente se libera en una ola de placer intenso, o sea un orgasmo. (Ver: Eyaculación femenina: preguntas frecuentes)
En este momento el útero, la vagina y el ano se contraen de manera simultánea a intervalos de 0,8 segundos. Un pequeño orgasmo puede consistir de tres a cinco contracciones; uno grande, de 10 a 15. Muchas mujeres dicen sentir diferentes tipos de orgasmos (clitoriano, vaginal, o combinaciones de ambos). Según algunos descubrimientos sobre la sexualidad humana, la razón puede ser simplemente que diferentes partes de la vagina se estimulan más que otras, y así tienen más tensión para liberar. Los músculos en otras partes del cuerpo también pueden contraerse involuntariamente, eso explica la presencia de dedos apretados y las contracciones faciales. En cuanto al cerebro, un estudio reciente encontró que las áreas que implican temor y emoción están desactivadas durante el orgasmo.
Después del clímax sexual, el cuerpo normalmente se desliza dentro de un estado de relajación-satisfacción, aunque no siempre ocurre así. Al igual que sus homólogos masculinos, las mujeres pueden experimentar pesadez pélvica y dolor si no alcanzan el orgasmo, incluso muchas mujeres se quejan de que un solo orgasmo no es suficiente para aliviar la tensión sexual.
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