Ambas infecciones, micóticas orales y vaginales, son más comunes en las personas que consumen gran cantidad de azúcar refinada y otros hidratos de carbono simples.
Comer mucha azúcar y harina blanca (en el pan, pasteles, galletas y pastas) puede alterar el equilibrio entre las bacterias buenas y el hongo cándida, y esto puede permitir que la población del hongo crezca fuera de control. También puede conducir a la resistencia a la insulina y una condición pre-diabética, y estos cambios hormonales también pueden causar infecciones de hongos.
El balance de las bacterias/hongos se descompone en dos formas por una mala alimentación:
- El hongo se alimenta y crece de los carbohidratos refinados.
- Y el azúcar suprime el crecimiento de bacterias.
Los niños que se alimentan de dietas altas en azúcar son más propensos a las infecciones de la candidiasis oral, y las mujeres que consumen gran cantidad de carbohidratos refinados son más susceptibles a las infecciones vaginales por hongos.