Algunas mujeres pueden desarrollar dolor pélvico durante el embarazo. Esta condición, también conocida como disfunción de la sínfisis del pubis (DSP), puede ser descrita como un conjunto de síntomas causados por la rigidez de las articulaciones pélvicas, el peso del bebé en crecimiento o el movimiento desigual de las articulaciones en la parte posterior y frontal de la pelvis. El dolor pélvico en el embarazo no resulta dañino para el bebé, pero puede causar malestar severo en el área pélvica y dificultar el movimiento de la embarazada.
El dolor pélvico o DSP no causa exactamente los mismos síntomas en todas las mujeres; puede ser leve para algunas y muy fuerte para otras. Los síntomas más comunes son:
- Dolor en la parte frontal y central del hueso púbico
- Dolor en uno o ambos lados de la espalda baja
- Dolor en el área entre la vagina y el ano (perineo)
El dolor puede irradiar a los muslos, y es más notable cuando la embarazada está caminando, subiendo una escalera, de pie o volteándose en la cama. También puede ser difícil separar las piernas, por ejemplo al salir de un coche. Vale aclarar que la mayoría de las mujeres con dolor pélvico en el embarazo pueden tener un parto vaginal normal.
¿Quién tiene dolor pélvico durante el embarazo?
Se estima que 1 de cada 5 mujeres embarazadas presenta dolor pélvico en algún grado. Los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlo son:
- Tener antecedentes de dolor en la parte inferior de la espalda o en la pelvis
- Haber sufrido una lesión anterior en la pelvis, por ejemplo debido a una caída o un accidente
- Tener una historia de dolor pélvico en un embarazo anterior
- Tener un trabajo muy exigente físicamente
Causas del dolor pélvico en el embarazo
Dolor de alojamiento
En las primeras 8-12 semanas de embarazo se puede experimentar un dolor pélvico similar a los calambres menstruales debido a la expansión del útero. Es menos probable que la mujer sienta este dolor si es su primer embarazo.
Dolor del ligamento redondo
Al comenzar el segundo trimestre puede aparceer un dolor pélvico que se irradia hacia un costado debido a la extensión del ligamento que va desde la parte superior del útero hasta la ingle, conocido como ligamento redondo. El dolor es más notable al caminar o al levantarse de una silla, ya que el útero se inclina y tira del ligamento. Acostarte del lado que molesta puede hacer que el dolor desaparezca.
Quistes ováricos
Durante el embarazo algunas mujeres son más propensas al desarrollo de quistes ováricos, o al crecimiento de quistes ya existentes. En esos casos, la presión que ejerce el útero sobre los ovarios puede causar dolor persistente. Si un quiste se rompe, el dolor pélvico puede empeorar repentinamente. Asegúrate de hablar con tu ginecólogo si tienes un historial de quistes ováricos.
Presión ejercida por el peso del bebé
A medida que el embarazo progresa es más común que la mujer sienta dolor pélvico por el propio crecimiento del feto, sobre todo hacia el tercer trimestre. El peso del bebé presiona los nervios que van desde la vagina hacia las piernas, provocando dolor durante el movimiento, por ejemplo al caminar. Para aliviar esta incomodidad lo mejor es acostarse de lado y descansar.
Contracciones de Braxton Hicks
Las contracciones esporádicas y generalmente no tan dolorosas, que se presentan en torno a las semana 20 de embarazo, se conocen como contracciones de Braxton Hicks. No son verdaderas contracciones de parto y tienden a desaparecer por sí solas. A veces pueden desencadenarse por la deshidratación, así que asegúrate de beber mucha agua. Para saber si lo que tienes son contracciones, debes acostarte y sentir tu vientre; si el útero se endurece y luego se relaja, entonces el dolor se debe a una contracción. Siempre que hayan más de cuatro contracciones en 1 hora, durante 2 horas seguidas, se debe llamar al doctor.
Articulaciones pélvicas relajadas
Hacia el final del embarazo la mujer experimenta un aumento en los niveles de la hormona relaxina, lo cual ayuda a que los ligamentos pélvicos sean elásticos para el parto. Pero esto también puede aflojar la articulación pélvica, e incluso hacer que se separe un poco. Como resultado, la embarazada siente dolor cerca de su hueso púbico e inestabilidad en las piernas.
Estreñimiento
El estreñimiento es otro trastorno común que puede causar dolor o molestias pélvicas en el embarazo. Los cambios hormonales y el uso de suplementos de hierro hacen que disminuya la velocidad del tracto digestivo, creándose incomodidad en el bajo vientre. Se recomienda beber mucha agua y comer alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras crudas.
Infecciones del tracto urinario (ITU)
Hasta el 10 por ciento de las mujeres desarrolla una infección urinaria durante su embarazo. Los síntomas típicos incluyen necesidad urgente de orinar, dolor o ardor al orinar, presencia de sangre en la orina, sin embargo algunas embarazadas también presentan dolor pélvico. La mayor preocupación con las ITU durante el embarazo es que pueden progresar a una infección en los riñones, lo cual aumenta el riesgo de parto prematuro. Cuando se detectan a tiempo, estas sinfecciones pueden ser tratadas fácilmente con antibióticos.
Como regla general, cualquier dolor pélvico en el embarazo que sea muy fuerte o se acompañe de sangrado vaginal anormal, fiebre, mareos, vómitos, dolor de cabeza fuerte, inflamación en alguna parte del cuerpo, contracciones u otros síntomas inusuales, debe ser evaluado por el médico cuanto antes. Es importante descartar causas graves como el aborto involuntario, el embarazo ectópico, el parto prematuro, preeclamsia, problemas con la placenta, la torsión ovárica, entre otras complicaciones en el embarazo.
Cómo aliviar el dolor pélvico en el embarazo
El dolor pélvico tiende a no mejorar completamente hasta después del parto, pero recibir un tratamiento adecuado puede mejorar este síntoma. Por ejemplo, la fisioterapia durante el embarazo tiene como objetivos principales aliviar el dolor, mejorar la función muscular y mejorar la posición y estabilidad de las articulaciones pélvicas. Aquí se pueden incluir diferentes opciones, como:
- la terapia manual para asegurarse de que las articulaciones de la pelvis, la cadera y la columna se mueven normalmente.
- los ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, del estómago, la espalda y de la cadera.
- los ejercicios en el agua.
- la práctica de posiciones adecuadas para el trabajo de parto, el cuidado del bebé y para tener relaciones sexuales.
También se puede recomendar el uso de muletas o cinturones de soporte pélvico, en caso de ser necesario.
Otros consejos útiles para prevenir el dolor pélvico en el embarazo:
- Mantente lo más activa posible, evitando siempre las actividades que empeoran el dolor.
- Descansa siempre que puedas.
- Pide ayuda a tu pareja, familia o amigos para completar las tareas domésticas más difíciles.
- Usa zapatos planos y con buen apoyo.
- Siéntate para vestirse; no te pares en una pierna al ponerte pantalones.
- Mantén las rodillas juntas cuando entres o salgas del automóvil.
- Duerme en una posición cómoda, mucho mejor si es de lado y colocando una almohada entre las piernas.
- Prueba diferentes formas de voltearte mientras estás en la cama.
- Sube las escaleras colocando un pie primero y luego el otro sobre el mismo escalón.
- Opta por las posiciones que te resulten cómodas durante el coito.
- Evita cruzar las piernas, así como estar sentada o de pie mucho tiempo.
- Evita levantar peso, como bolsas de la compra o cargar a un niño pequeño.
- Evita hacer actividades como pasar la aspiradora y empujar carros de supermercado.
Preguntas frecuentes sobre el dolor pélvico en el embarazo
¿El trabajo de parto y el parto serán diferentes si tengo dolor pélvico?
Si tienes dolor pélvico, el trabajo de parto y el parto pueden ser un poco diferentes, y es posible que necesites hacer ajustes en tu plan de parto. A medida que se acerque la fecha de parto, asegúrate de que el médico evalúe tu condición, nivel de dolor y rango de movimiento. Esta información ayudará a determinar si es necesario realizar adaptaciones especiales durante el trabajo de parto y el parto.
Los expertos suelen recomendar la adopción de posturas alternativas para dar a luz en mujeres con dolor pélvico, por ejemplo arrodillarse mientras alguien la sostiene por la espalda, acostada de lado o colocada en cuatro puntos. Evita posiciones molestas, como ponerte en cuclillas o tumbarte de espaldas con las rodillas extendidas, y asegúrate de cambiar de posición con frecuencia.
¿El dolor pélvico se mantendrá después del parto?
La mayoría de las mujeres sienten alivio completo de su dolor pélvico dentro de los 3 meses después del nacimiento. Solo un pequeño número de mujeres necesita seguir tomando medicamentos para aliviar el dolor, usar dispositivos de inmovilización como cinturones o fajas, o recibir terapia física para fortalecer los músculos. En casos muy raros y graves en los que la sínfisis del pubis se ha separado, es posible que se necesite cirugía para estabilizar la pelvis.