¿Qué es exactamente el sangrado de implantación, y cuándo se presenta? ¿Cómo puedes diferenciarlo de un período normal? Encuentra la respuesta a estas y otras preguntas sobre el tema.
¿Qué es el sangrado de implantación?
Una vez que el óvulo fecundado se implanta en el revestimiento del útero, se puede producir un ligero daño en el tejido circundante, dando lugar al manchado que conocemos como sangrado de implantación. Puede ir acompañado de algunos síntomas como dolor y calambres ligeros, pero la mayoría de las mujeres no experimentan ninguna molestia o dolor relacionado con este sangrado inofensivo.
¿Cuándo ocurre el sangrado de implantación?
En general, el sangrado se produce 10 o 14 días después de la concepción. Ya que a menudo se presenta en la fecha que se espera el período, puede que la mujer ni siquiera se dé cuenta de que está embarazada. Por ejemplo, un período menstrual normal tiene 28 días por ciclo, y el manchado se inicia 14 días después de la etapa de la ovulación. Las mujeres suelen tener sus días fértiles durante la ovulación, lo que significa que la implantación se puede producir alrededor de 10 a 14 días después de la concepción. Con esto en mente, el sangrado tiende a coincidir con la fecha de inicio habitual de la menstruación. Puede durar varias horas o unos pocos días, esto varía de mujer a mujer. La idea general es que el sangrado se produce sólo por un corto período de tiempo, así que no hay necesidad de preocuparse pues se detiene por sí solo.
¿Hay síntomas relacionados con el sangrado de implantación?
En la mayoría de los casos, el sangrado de implantación es una experiencia que no provoca muchos síntomas, sin embargo, hay quienes pueden manifestar náuseas, aumento de la temperatura basal del cuerpo, hinchazón y calambres leves. Algunas mujeres también se quejan de tener los senos hinchados y sensibles, micción frecuente y sensibilidad a ciertos olores. Obviamente estos son los signos más típicos en los inicios del embarazo.
El tipo de sangrado que provoca la implantación es diferente del período menstrual ordinario. A menudo es muy ligero y el color puede variar de color rosa a marrón. A medida que el sangrado progresa, el color se vuelve más oscuro.
En caso de presentarse sangrado abundante y prolongado, dolor severo o mareos, es fundamental acudir al médico.