Cómo se aplican las cremas y supositorios vaginales

Lo mejor es aplicar estos productos justo antes de acostarte o una vez que te hayas acostado, para evitar la salida de la medicación desde la vagina que podría ocurrir mientras estás de pie o caminando.

En este momento es recomendable haber aseado el área genital con un jabón suave y agua, secando muy bien al terminar. También es importante tener las manos limpias.

Para los productos vaginales en crema: Conecta el aplicador a la abertura del tubo de crema y gira hasta que quede firmemente unido. Exprime la crema en el aplicador hasta que alcance el nivel indicado para tu dosis. Gira y retira el aplicador.

Para supositorios vaginales: Retira la medicación de la envoltura y colóquela en el extremo del aplicador. Introduce suavemente el aplicador en la vagina. Para facilitar este paso puedes quedarte de pie con los pies separados y las rodillas semi-flexionadas, o colocarte en posición de cuclillas. Si ya estás acostada, simplemente colócate boca arriba con las piernas separadas y las rodillas dobladas. Empuja el émbolo del aplicador hasta que se detenga y retíralo de la vagina una vez que se haya depositado el supositorio.

Si el aplicador es reutilizable, límpialo como lo indique el fabricante. Esto generalmente implica separar las dos piezas y lavarlas con un jabón suave y agua. Desecha el aplicador si es desechable.

Recuerda que en este tipo de tratamientos no debes omitir ninguna dosis, incluso si estás atravesando la menstruación. Si este fuera el caso, no debes controlar el flujo menstrual con tampones, sino con almohadillas sanitarias. Los tampones pueden absorber parte de la medicación y afectar la efectividad del tratamiento.

Almacena siempre los supositorios y cremas vaginales en un lugar fresco, preferiblemente en la nevera. Mantén estos medicamentos fuera del alcance de los niños.

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