La infección vaginal por levaduras se manifiesta mediante diferentes síntomas, los que de hecho, pueden variar en términos de gravedad. Por ejemplo, hay síntomas que son menos graves, como los dolores de cabeza y dolores musculares, pero otros síntomas pueden causar dolor intenso y malestar, incluso en casos menos frecuentes, poner en peligro la vida. Para que tengas una idea más clara sobre esto, aquí están algunos de los síntomas más frecuentes de la infección vaginal por levaduras.
Reconocer los síntomas
Uno de los síntomas es la picazón vaginal, que se puede sentir tanto en la vagina como en la vulva. En esos casos se puede observar que la piel se torna seca y escamosa por la comezón. Otro síntoma común de la infección vaginal por levaduras es la secreción vaginal, específicamente un flujo espeso abundante, blanco y similar en apariencia al queso cottage. Esta descarga vaginal puede dar lugar a otro de los síntomas más frecuentes, el olor vaginal inusual.
La hinchazón y el dolor también pueden presentarse como parte de los signos, esto ocurre generalmente en la vulva, donde se observarán pequeñas protuberancias rojas, también como resultado de la picazón vaginal. De la misma manera, se puede experimentar dolor al orinar o durante las relaciones sexuales.
Algo que debes recordar siempre acerca de estos síntomas de infección vaginal por levaduras es que no son excluyentes. Eso significa que también pueden ser señales de advertencia asociadas a otras formas de infección vaginal. Así que la pregunta ahora es, ¿cómo se determina eso? Bueno, la mejor opción es ir al médico y obtener algunos exámenes de laboratorio.
El examen de laboratorio
Además del examen pélvico y el examen físico, otros exámenes de laboratorio muy frecuentes son la prueba de orina y el análisis de la secreción vaginal o exudado. También se pueden realizar análisis de sangre para evaluar los anticuerpos y determinar si se ha desarrollado alguna infección en el cuerpo del paciente.
Resumen
Recuerda que los síntomas de la infección vaginal por levaduras no son necesariamente excluyentes, es decir, que también pueden ser señales de advertencia para otras enfermedades o condiciones médicas.
Por lo tanto, con el fin de obtener un diagnóstico preciso, lo mejor es buscar la ayuda y orientación de un médico.