El metronidazol, la clindamicina y el tinidazol son los antibióticos más utilizados para curar y aliviar los síntomas dela vaginosis bacteriana. Pueden usarse en forma de píldora (por vía oral), o aplicarse en forma de crema, gel y supositorios vaginales. En el caso del tinidazol solo se utiliza por vía oral.
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Algunas mujeres con vaginosis bacteriana prefieren el medicamento por vía oral, en lugar de la administración vaginal. Sin embargo, los medicamentos vaginales son menos propensos a causar efectos secundarios sistémicos, como náuseas y vómitos.
Hay casos en los que solo se pueden utilizar las píldoras, por ejemplo las mujeres embarazadas o que enfrentan un alto riesgo de parto prematuro. Muchos médicos recomiendan que las mujeres embarazadas eviten por completo el tratamiento vaginal.
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Los efectos secundarios de la clindamicina y el metronidazol vaginal generalmente son de menor importancia, aunque se sabe que algunas mujeres pueden desarrollar una infección vaginal por levaduras durante o después del tratamiento. Además se han registrado casos en los que el aceite presente en la crema de clindamicina y en los supositorios vaginales ha debilitado el látex de los condones y diafragmas. Según Mayo Clinic, este efecto puede durar hasta 3 días después de haber suspendido su uso.
El tratamiento oral por su parte, puede causar efectos adversos significativos, por ejemplo sabor metálico en la boca (común con metronidazol o tinidazol), náuseas, vómitos y diarreas. La intensidad de estos síntomas siempre depende de cada organismo.
¿Los antibióticos realmente pueden curar la vaginosis bacteriana?
Se dice que el metronidazol y la clindamicina logran curar la vaginosis bacteriana en la mayoría de los casos. Pero es cierto que para un gran número de mujeres esta no es la solución. Se ha demostrado que los antibióticos orales pueden causar una alta tasa de recurrencia de la vaginosis bacteriana, especialmente cuando se hacen varios tratamientos en un corto período de tiempo. (Ver: Los antibióticos y la vaginosis bacteriana: ¿Cuál es la conexión?)
Nunca es recomendable automedicarse con antibióticos ante la presencia de síntomas vaginales anormales. Lo mejor es acudir al médico para ser evaluada y diagnosticada. El especialista decidirá cuál es el tratamiento adecuado en tu caso y te explicará cómo debes realizarlo.
Si estás usando antibióticos para tratar una infección vaginal bacteriana, presta atención a las siguientes cuestiones:
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Por lo general, los beneficios de un medicamento son más importantes que los efectos secundarios que provoca. Es fundamental seguir el tratamiento al pie de la letra.
Los efectos secundarios suelen desaparecer después de tomar el medicamento por un tiempo.
Si los efectos secundarios son muy fuertes o te impiden desenvolverte con normalidad, consulta a tu médico. Quizás sea conveniente reducir la dosis o cambiar el medicamento. No dejes de tomar el medicamento repentinamente a menos que tu médico te lo indique.
Evita el consumo de alcohol mientras estás tomando metronidazol o tinidazol, porque la combinación de alcohol con estos medicamentos puede causar náuseas y vómitos severos.
Toma el medicamento como el médico te lo sugiere, de lo contrario puedes estar empeorando la condición.
Si estás embarazada, amamantando, o planeas quedar embarazada, no uses ningún medicamento a menos que tu médico lo indique.
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