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FLUJO VAGINAL

Hemorragia vaginal en el embarazo por placenta previa

Seguramente ya sabes que la placenta constituye la principal fuente de alimento y protección para el feto en crecimiento. A medida que el embrión crece y se desarrolla, la placenta también va creciendo sobre la parte superior del útero. En algunos casos esta estructura puede comenzar a crecer de forma anormal sobre el cuello uterino, ya sea solo sobre una parte o totalmente sobre él, obstruyendo el canal cervical por donde deberá salir el bebé. También hay casos en los que la placenta solo llega hasta uno de los bordes del cérvix, pero sin llegar a taparlo. Estas tres variantes contituyen lo que se conoce como placenta previa, una complicación común del embarazo

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Existen 3 tipos de placenta previa: la placenta previa parcial, la placenta previa completa y la placenta previa marginal, siguiendo el mismo orden en que fueron mencionados anteriormente.

Con la ayuda de la medicina moderna y los chequeos regulares, esta condición puede ser diagnosticada desde el comienzo, permitiendo que se tomen las medidas necesarias para proteger el embarazo. Vale aclarar que la placenta previa no suele causar problemas al principio del embarazo, no siendo así en etapas más avanzadas de este. Uno de los síntomas más frecuentes que se asocian a la placenta previa es el sangrado o hemorragia vaginal anormal en el embarazo. (Ver: ¿Qué causa el sangrado vaginal anormal durante el embarazo?)

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¿Cómo saber si una hemorragia vaginal es causada por la placenta previa?

Partiremos del hecho de que un sangrado vaginal durante el embarazo puede tener diferentes causas, es necesario acudir al médico para ser examinada y diagnosticada. Pero siempre es oportuno conocer si una causa es más probable que otra; por ejemplo el sangrado que se asocia a la placenta previa suele aparecer entre las semanas 34 y 38 de embarazo, ya que el estiramiento del útero comienza a presionar la placenta. La hemorragia será mayor o menor dependiendo de la porción de placenta que esté obstruyendo la abertura cervical. Se trata de un sangrado rojo vibrante que no suele acompañarse de dolor abdominal ni causa otras molestias.

Por lo general, la placenta previa es detectada en el segundo trimestre del embarazo cuando el médico realiza la exploración de ultrasonido correspondiente. Si no se detecta antes, entonces puede ser diagnosticada en el tercer trimestre, cuando comienzan a observarse ciertos síntomas, como calambres, contracciones antes de tiempo y una posición inusual del bebé. (Ver: Flujo vaginal marrón en cada trimestre del embarazo)

Una vez que se ha diagnosticado la placenta previa, el médico indica una seria de ecografías adicionales para monitorear su posición; todavía no existe ningún tratamiento médico que corrija la ubicación anormal de la placenta durante el embarazo. En cualquier caso de sangrado, por mínimo que parezca, es muy importante guardar reposo en cama, minimizando la postura de pie o sentada en posición vertical. Si hay sangrado abundante, la embarazada debe permanecer en el hospital porque puede requerir transfusiones de sangre y medicamentos para prevenir el parto prematuro. El parto se hará tan pronto como sea seguro, por lo general después de las 36 semanas. En caso de placenta previa el parto siempre debe hacerse mediante cesárea. Si la embarazada presenta una hemorragia vaginal incontrolable es muy probable que el médico indique la cesárea como medida de emergencia.

De forma general también se recomienda evitar las relaciones sexuales, los exámenes pélvicos y los viajes si se tiene placenta previa.

¿Estás en riesgo de tener placenta previa?

Hay algunos factores que pueden predisponer a una mujer a desarrollar placenta previa durante el embarazo. Veamos:

Si existen cicatrices en las paredes del útero como resultado de algún procedimiento, como una cesárea o la dilatación y curetaje, Esto también incluye a las mujeres con útero en forma anormal.

Si la mujer presenta un embarazo múltiple donde la placenta es grande para sostener a más de un embrión en crecimiento.

Si la mujer tiene 35 años o más. Los informes muestran que estas mujeres tienen tres veces más probabilidades de desarrollar placenta previa, que una mujer más joven.

Si se tiene el hábito de fumar. Esto aumenta la probabilidad de placenta previa y otras complicaciones en el embarazo.

Tener embarazo múltiple en un segundo o posterior embarazo representa un riesgo mucho mayor que el primer embarazo.

Así mismo, aumenta el riesgo de placenta previa si la mujer ya la ha tenido en un embarazo anterior o si tiene una historia de aborto involuntario.

Hemorragia por placenta previa en momentos específicos del embarazo

En ocasiones los médicos pueden detectar un caso de placenta previa parcial a las 25 semanas de embarazo. En este punto puede que la paciente deba ser internada por varios 3 días para ser examinada; al regresar a casa deberá hacer reposo en cama la mayor cantidad de tiempo posible hasta que nazca el bebé. Si el sangramiento reaparece, será necesaria la atención médica inmediata y el monitoreo del bebé. El resto del embarazo debe ser atendido muy de cerca y es primordial que la embarazada siga cuidadosamente las indicaciones de su doctor.

Aunque pueda parecer extraño por el poco tiempo, es posible que a las 18 semanas de embarazo una mujer sea diagnosticada con placenta previa completa, el médico aconsejará el reposo inmediato. Es posible que aparezcan algunas manchas de sangre en otro momento del embarazo, pero si después de esto no hay más hemorragias y el seguimiento periódico detecta que la placenta se ha alejado lo suficiente del cuello uterino, entonces el parto podrá efectuarse por vía vaginal.

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