El sistema reproductivo femenino se compone de los ovarios, las trompas de Falopio, la vagina, el cuello uterino, el útero y los genitales externos. No es un secreto que debido a su complejidad, nuestro sistema reproductivo es susceptible a muchas enfermedades y complicaciones. Hoy vamos a recopilar algunas de las enfermedades ginecológicas más comunes y veremos cómo nos afectan.
Enfermedades del sistema reproductivo femenino
Enfermedad inflamatoria pélvica. Existe la posibilidad de que las bacterias presentes en la vagina penetren por el cuello uterino y causen una infección/inflamación en otras estructuras, como las trompas de Falopio y los ovarios. Cuando esta condición avanza estamos en presencia de la inflamación pélvica. Los casos repetidos de enfermedad inflamatoria pélvica o que no han sido tratados correctamente pueden obstruir las trompas de Falopio, aumentar el riesgo de embarazo ectópico y causar infertilidad.
Prolapso uterino. Esta enfermedad del sistema reproductivo ocurre cuando el cuello uterino se desliza por falta de apoyo y sale parcialmente a través de la abertura vaginal. Cualquier prolapso de este tipo sólo se puede reparar con una cirugía. (Te puede interesar: Ejercicios vaginales: ¿Por qué son tan beneficiosos?)
Endometriosis y adenomiosis. La endometriosis y la adenomiosis son dos enfermedades del sistema reproductivo femenino causadas por el crecimiento anormal del endometrio. El endometrio es el tejido que recubre el útero. Cuando este tejido se forma en otras partes del sistema reproductor, como el exterior del útero, los ovarios o las trompas de Falopio, la condición se denomina endometriosis. Si el crecimiento ocurre en los músculos que rodean el útero, se llama adenomiosis. Pueden causar sangrado/manchado vaginal anormal, irregularidad menstrual, períodos abundantes y dolorosos, etc.
Enfermedades de transmisión sexual. Las enfermedades de transmisión sexual en las mujeres pueden causar complicaciones adicionales y otras enfermedades del sistema reproductivo femenino. Las infecciones como clamidia, sífilis, gonorrea y herpes genital, pueden provocar la enfermedad pélvica inflamatoria si no se tratan. (Ver: Sobre las enfermedades de transmisión sexual)
Fibromas uterinos. Los fibromas uterinos son tumores no cancerosos que crecen en las paredes del útero y pueden causar una amplia variedad de síntomas, como aumento de la micción, dolor en la parte baja de la espalda, sangrado abundante, calambres menstruales, dolor durante las relaciones sexuales, abortos espontáneos e infertilidad.
Síndrome de ovario poliquístico. Este síndrome es causado por los altos niveles de hormona andrógenas. Dicho aumento hormonal puede obstaculizar el proceso de ovulación y dar lugar a la formación de quistes en los ovarios. Se asocia con casos de infertilidad, pérdida de cabello, acné, dolor en la región pélvica, piel grasa, aumento del vello facial o corporal, etc. No existe cura para esta enfermedad del sistema reproductivo femenino, suele controlarse con terapias hormonales.
Vulvovaginitis. Vulvovaginitis es un término para referirnos a la infección y posterior inflamación de los tejidos de la vulva o la vagina. Esto puede deberse a muchas razones, por ejemplo una higiene inadecuada, enfermedades de transmisión sexual, virus, levaduras y bacterias. Si de pronto tu vagina presenta mal olor, flujo vaginal anormal, irritación e inflamación y tienes dificultades durante la micción, esos síntomas pueden indicar la presencia de vulvovaginitis.
Quistes ováricos. Estos quistes se forman frecuentemente, pero suelen desaparecer con el tiempo sin la necesidad de ningún tratamiento. Sin embargo, en algunos casos se conviertan en un serio problema si ocurre la torsión ovárica o la ruptura de un quiste.
Infertilidad femenina. La dificultad para concebir el embarazo después de intentarlo durante al menos 1 año puede ser un indicio de infertilidad. Las causas de la infertilidad son variadas y pueden estar relacionadas a otras enfermedades del sistema reproductivo femenino. Los trastornos de la ovulación, como irregularidades en la producción de hormonas o problemas en los ovarios, representan el 25% de los casos de infertilidad. La endometriosis y el daño en las trompas de Falopio, el útero y el cuello uterino, también son causas comunes.
Cáncer de ovario. Este tipo de cáncer comienza dentro de los ovarios y puede propagarse dentro de la pelvis y el abdomen. Algunos de sus síntomas son estreñimiento, problemas urinarios, dolor en la región pélvica, pérdida de peso e hinchazón abdominal. Aunque es difícil de detectar, es más fácil de tratar cuando está confinado en los ovarios.
Cáncer de cuello uterino/cervical. Como su nombre lo indica, este tipo de cáncer se origina en las células que recubren el cérvix. Sus principales síntomas son el manchado anormal entre períodos, el sangrado menstrual prolongado, dolor durante las relaciones sexuales y el sangrado vaginal marrón después de la menopausia. Existen otros tipos de cáncer que pueden desarrollarse en el sistema reproductor femenino, por ejemplo el cáncer de vulva, el cáncer vaginal, el cáncer de endometrio, pero son menos comunes. (Ver: Cáncer de cuello uterino en estadio 3)
Disfunción sexual femenina. La disfunción sexual femenina, aunque no es una de esas típicas enfermedades del sistema reproductor femenino, afecta a muchas mujeres. Ocurre cuando una mujer no se estimula durante las relaciones sexuales. Otros síntomas acompañantes son la disminución del deseo sexual, dificultades para alcanzar excitación sexual, anorgasmia y dolor durante las relaciones sexuales. El tratamiento depende del factor que lo causa, pero de manera general se pueden aplicar algunas técnicas para remediar el problema, por ejemplo incitar la estimulación genital, evitar las sensaciones de dolor durante las relaciones sexuales, promover la familiaridad física y tener experiencias de calidad en pareja.
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