Cuando estás embarazada es posible que no te preocupen o que ignores ciertos cambios adicionales que van apareciendo. Aunque ninguno de ellos supone una gran diferencia en tu rutina diaria, es bueno que los conozcas para no alarmarte cuando surjan. Aquí te van 8 cambios vaginales que puedes esperar mientras se desarrolla el embarazo.
El olor vaginal es diferente. No parece justo que desarrollemos un olor vaginal más fuerte en el momento en que más agudizado está nuestro sentido del olfato, pero así es como sucede. El aumento del suministro sanguíneo hacia la región pélvica altera el equilibrio del pH vaginal, resultando en un olor más notable.
La cantidad de flujo vaginal aumenta. Los altos niveles hormonales alcanzados durante el embarazo estimulan a las membranas mucosas para producir más flujo vaginal, o leucorrea. Aunque resulta molesta, esta secreción blanca fina y lechosa ayuda a mantener un equilibrio saludable de microorganismos y evita posibles infecciones.
Existe un mayor riesgo de infecciones en el tracto urinario. Las embarazadas enfrentan un mayor riesgo de desarrollar este tipo de infecciones, pues a medida que el útero crece, la presión que ejerce sobre la vejiga hace que tengan que orinar con mucha frecuencia durante el día, además de impedir que la vejiga se drene por completo.
Aumenta la sensibilidad. Al aumentar el flujo de sangre en todo el cuerpo, la vulva puede congestionarse y estar más sensible. Esto hace que los orgasmos en el embarazo sean más intensos de lo habitual.
Aparición de venas varicosas. La mujer embarazada puede notar la aparición de venas varicosas en la vulva. Esto ocurre debido a que el flujo sanguíneo es más lento de lo normal desde la parte inferior del cuerpo, poniendo presión sobre las venas.
Mayor riesgo de infecciones por levaduras. Las infecciones por hongos afectan a casi el 75 por ciento de las mujeres, y las mujeres embarazadas son aún más susceptibles. Los cambios hormonales pueden alterar el equilibrio del pH vaginal y esto favorece la proliferación de levaduras. Cuando la población de hongos se sale de control, resulta en una infección que causa picor y flujo vaginal grueso.
La piel de los genitales puede cambiar ligeramente su color. El oscurecimiento de la piel es totalmente normal durante el embarazo, esto se debe al aumento del flujo sanguíneo en la zona y a las hormonas del embarazo que afectan la pigmentación. La vagina debe volver a su tonalidad normal una vez que el bebé nace.
Mayor probabilidad de vellos encarnados. Muchas personas asumen que la abundancia de vellos encarnados se debe al aumento del estrógeno, ya que esta hormona favorece el crecimiento rápido del cabello. Lo que sucede en realidad es que el cuerpo produce más sudor durante el embarazo, eso significa que los poros se obstruyen más de lo normal y por tanto hay más vellos púbicos atrapados bajo la piel.