El moco cervical es un tipo de secreción vaginal que tiene un propósito muy importante en tu cuerpo. Entre las principales funciones desempeñadas por el moco cervical, se encuentra la eliminación de células muertas y otros desechos de la vagina, el equilibrio del nivel de acidez, la prevención de infecciones, además de favorecer la fertilización después del coito. El moco cervical marrón es una de las variaciones más comunes que se presentan y una de las más frecuentes causa de consulta.
Aunque la mayoría de las mujeres asumen que hay un problema con su cuerpo si su moco cervical es de color marrón, este no es generalmente el caso; de hecho, hay varias razones que pueden producir un moco cervical marrón, por lo que no hay razón para preocuparte.
La razón más común por la que puedes experimentar un moco cervical marrón es debida a la liberación de sangre remanente de tu último período. Además, es frecuente evidenciar una secreción de estas características durante la fase de ovulación, debido a la ruptura del folículo ovárico que ocurre en esta etapa. Otra causa común de este tipo de flujo es el traumatismo en el cuello del útero, frecuentemente debido a la acción del coito.
Con menor frecuencia, la implantación del ovulo fertilizado en el útero, causa la secreción de moco cervical de color marrón, lo que significa que estás embarazada. Después de la ovulación, un óvulo maduro es liberado y puede ser fertilizado; cuando un óvulo fertilizado se implanta en el revestimiento del útero, suele ocurrir un sangrado que, si bien no es una gran cantidad, es suficiente para darle esa apariencia al flujo vaginal.
La coloración marrón del moco cervical se origina por la mezcla del fluido vaginal con sangre; en caso de presentar secreciones de color marrón de manera permanente y excesiva, es necesario una consulta médica ya que existen algunas perturbaciones, alteraciones y enfermedades que pueden producir sangrado y provocar un moco cervical marrón.
Infecciones como la vaginosis bacteriana, la candidiasis vaginal, el tricomoniasis, la gonorrea o la clamidia, pueden provocar sangrado, así como otras condiciones entre las que se encuentran la enfermedad inflamatoria pélvica, los quistes ováricos, los embarazos ectópicos, los abortos involuntarios y el cáncer.