Tu vagina es el pasaje hacia los órganos reproductivos internos. El equilibrio del pH crea un ambiente ligeramente ácido para prevenir infecciones. Es natural experimentar flujo vaginal, y es normal en la mayoría de los casos. Tu vagina produce líquidos para mantener la limpieza, similar a la manera que lo hace la saliva bucal. Un flujo blanco transparente indica el correcto funcionamiento de tu sistema reproductivo.
¿Debo preocuparme?
Por lo general, no tienes que preocuparte por el flujo vaginal blanco transparente. En realidad, es muestra de un buen equilibrio entre levaduras y bacterias en la vagina. Esta secreción juega un papel importante en la eliminación de bacterias y células muertas de esta zona. No debes preocuparte por un flujo vaginal de estas características hasta que se evidencien otros síntomas.
Es común notar flujo blanco transparente durante tu ciclo menstrual, pero puedes experimentar lo mismo en otras situaciones. Asegúrate de notar cuando realmente ocurren e informar a tu médico acerca de ello. Éstas son algunas de las situaciones en las que puede experimentar este tipo de secreción:
- Durante la ovulación: por lo general se nota uno o dos días antes de que se libere el óvulo. Tu vagina produce 30 veces más mucosidad durante la ovulación, y es normal que este moco salga de tu vagina.
- Después del sexo: esto es común para las mujeres que son sexualmente activas. El flujo blanco transparente es resultado de la excitación sexual y básicamente cumple la función de lubricante que facilita la penetración durante el coito vaginal.
- Durante el embarazo: es frecuente esta secreción durante el embarazo y se debe principalmente al cambio hormonal. Puede aparecer en las primeras instancias del embarazo y se considera a menudo una señal prematura del estado de gravidez.
¿Qué hago?
El flujo vaginal blanco transparente es producto de un proceso natural, sin embargo debes estar atenta a sus características; en caso que evidencies una alteración en cuanto a su aspecto, ya sea un cambio de color, consistencia u olor, o si viene acompañado de otros síntomas como ardor o picor; estas son señales inequívocas de que algo no está bien y que es necesaria una visita al ginecólogo.