El flujo vaginal es un síntoma común en las mujeres y con frecuencia es completamente normal; es una señal de que la vagina tiene un funcionamiento correcto.
Naturalmente, tu vagina tiene un pH ácido para protegerse contra las infecciones; con regularidad secreta una mucosidad que tiene por objeto expulsar las células muertas y las bacterias de tu sistema reproductivo.Sin embargo, es importante señalar que el flujo vaginal puede, en ciertos casos, ser un síntoma de infección o enfermedad; por ejemplo, la presencia de flujo blanco con grumos podría ser un indicativo de que algo no está bien.
Es importante que estés en la capacidad de identificar cuándo las secreciones vaginales son anormales; un flujo vaginal que tenga una consistencia grumosa, color verduzco o amarillento, olor fuerte o que esté acompañado de picor, ardor o dolor, apunta a que estas sufriendo de alguna alteración en el equilibrio natural de la vagina, como una infección u otra enfermedad.
El caso específico de flujo blanco con grumos, se encuentra muy asociado con las infecciones por levaduras, también llamada candidiasis vaginal. Esta es condición que afecta hasta 3 de cada 4 mujeres en algún momento de su vida y muchas mujeres experimentan al menos dos episodios.
Además del flujo vaginal blanco, grumoso y sin olor, la candidiasis puede presentar otros síntomas como: irritación, ardor y dolor vaginal.
El tratamiento de la infección por levaduras depende de qué tan complicada se presente la infección.
¿Qué hago?
Para síntomas leves a moderados y episodios infrecuentes de infecciones por hongos, puedes optar por un tratamiento sin prescripción. Los supositorios y cremas vaginales antimicóticos de venta libre son eficaces en la mayoría de los casos y son una opción segura durante el embarazo. El tratamiento suele durar de tres a siete días.
Sin embargo, de persistir los síntomas y el flujo blanco con grumos, deberás acudir a tu ginecólogo para que te prescriba el tratamiento adecuado; generalmente son de corta duración y están basados en medicamentos antifúngicos. Programa una cita de seguimiento con tu médico si los síntomas no se resuelven después del tratamiento, o si regresan dentro de los dos meses de realizado el tratamiento.