Guía rápida sobre el flujo vaginal verde: causas, tratamiento y prevención

El flujo vaginal verde es un síntoma preocupante en todo momento. Normalmente el flujo es de color blanco claro o transparente, de modo que la presencia de una secreción verdosa siempre nos resultará extraña. Sus causas pueden ser varias, pero por lo general se asocia con ciertas infecciones o enfermedades de transmisión sexual, incluso con procesos inflamatorios en el sistema reproductivo. La mayoría de las veces, estas causas no son graves ni ponen en riesgo la vida de la mujer, pero sí deben tratarse cuanto antes para evitar complicaciones.

¿Cuáles son las causas más comunes del flujo vaginal verde? ¿Qué podemos hacer para evitarlo en el futuro? Aquí te proponemos una guía básica con la información más común.

El flujo verde y la tricomoniasis

La tricomoniasis es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes; es causada por el microorganismo Trichomonas vaginalis. Los síntomas típicos incluyen secreción vaginal verdosa, olor desagradable y fuerte, comezón e irritación vaginal, dolor al orinar, dolor durante el coito y dolor pélvico.

Las mujeres pueden contraer la tricomoniasis al participar en relaciones sexuales sin protección con una pareja infectada. Su diagnóstico solo requiere el examen de una muestra en el laboratorio, y el tratamiento generalmente incluye un curso del antibiótico oral metronidazol (Flagyl). Si no se trata a tiempo, la tricomoniasis puede causar complicaciones serias a largo plazo, como la enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad o embarazo ectópico en el futuro.

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El flujo verde y la clamidia

Siendo también una ETS, la clamidia es provocada por el microorganismo Chlamydia trachomatis, un tipo de bacteria que se transmite durante las relaciones sexuales sin protección. Las pacientes con clamidia pueden presentar flujo anormal de color amarillo o verdoso, mal olor, dolor abdominal, períodos dolorosos, picazón o ardor en la vagina, dolor al orinar, sangrado entre períodos, dolor durante las relaciones sexuales. Sin embargo se dice que hasta un 75% de las mujeres que sufren de clamidia no presentan síntomas; esto significa que se podría tener la infección durante mucho tiempo sin saberlo.

Una vez diagnósticada, la clamidia se puede tratar en aproximadamente dos semanas con medicamentos como la azitromicina o la doxiciclina, dos antibióticos orales potentes. También se suele incluir un suplemento de probióticos para prevenir posibles infecciones por levaduras. En caso de infecciones graves, puede ser necesaria la hospitalización para la medicación por vía intravenosa. Si se presentan síntomas de clamidia mientras se está embarazada, es importante comunicárselo al médico cuanto antes para evitar complicaciones en el embarazo.

Al igual que casi todas las ETS, si la clamidia no se trata a tiempo puede llegar a afectar otras zonas del aparato reproductor femenino, causando complicaciones y posibles daños en la fertilidad. (Ver: El flujo de la clamidia: 3 rasgos característicos y los síntomas que lo acompañan)

El flujo verde y la gonorrea

Otra posible causa del flujo vaginal verdoso es la gonorrea, una enfermedad infecciosa que se transmite generalmente por contacto sexual. Las pacientes con gonorrea experimentan síntomas similares a la clamidia, incluyendo una descarga de color amarillo–verdoso, dolor en la parte baja del abdomen, conjuntivitis, manchado después de las relaciones sexuales, sangrado entre períodos, ardor al orinar e inflamación de la vulva.

A veces los síntomas de la gonorrea son leves y pueden pasar desapercibidos. Debido a que su flujo al principio puede ser bastante similar al flujo en una infección por levaduras, muchas mujeres inician el auto-tratamiento con medicamentos de venta libre. Pero esta no es una buena idea, lo correcto es consultar a un médico tan pronto como sea posible para diagnosticar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado. (Te puede interesar: ¿La gonorrea desaparece sin tratamiento?)

¿Cómo se puede prevenir el flujo vaginal verde?

Dado que este flujo anormal suele deberse a esas 3 causas, es decir a las enfermedades de transmisión sexual, la mejor forma de prevenirlo es evitando las relaciones sexuales sin protección, sobre todo si se trata de una nueva pareja. Para prevenir el contagio siempre se debe usar un método de protección como el preservativo, especialmente si la mujer está embarazada.

Muchas veces la mujer comienza a experimentar síntomas vaginales preocupantes, pero no les da la importancia necesaria hasta que la situación empeora. Con estas causas del flujo verde sucede algo similar; al principio se puede notar un flujo más abundante, de color amarillento, con olor fuerte, pero no se busca un diagnóstico médico hasta que las molestias son insoportables y el flujo ya se ha tornado de color verdoso. En ese punto puede que la infección ya haya ascendido hacia el cuello uterino y las trompas de Falopio. Lo mejor es acudir al médico o ginecólogo apenas se noten los primeros signos inusuales.

Otro detalle importante para prevenir y curar el flujo vaginal verde es seguir el tratamiento correctamente. Si has sido diagnosticada con alguna de las causas anteriores y el médico te ha indicado el tratamiento con antibióticos por un tiempo determinado, entonces es necesario que lo sigas al pie de la letra. Es muy común que las mujeres dejen el tratamiento a medias porque han comenzado a notar mejorías; eso es un gran error. Para eliminar el mal de raíz se debe completar el curso de medicamentos hasta el final. Así mismo, si el tratamiento fue indicado para la pareja, el hombre debe ser responsable de completar su curso. Por lo general, se prohiben las relaciones sexuales hasta que ambos integrantes hayan sido examinados nuevamente y se haya determinado que ya están curados.

Espero que esta guía básica sobre el flujo vaginal verde te haya servido. Sigue pendiente de nuestras próximas publicaciones sobre el tema aquí en el blog.

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